Plantas de poder

estados alterados de conciencia

Dentro de las prácticas de la cosmovisión de los chamanes, la comunicación con las plantas es muy común, ya que tienen una visión del mundo animista, creen que la comunicación con las plantas es posible gracias a que el ser humano en otro tiempo, antes de haber nacido hombre, tuvo que haber sido planta, lo cual hace posible la comunicación con ellas. Debido a eso no es de sorprenderse que conozcan y usen una gran variedad de plantas para curar y tratar diferentes dolencias.

Pero estas plantas no solo sirven para curar enfermedades físicas, si no también para enfermedades mentales como depresión, gracias a los efectos que tienen en nuestro cerebro son capaces de abrir nuestra conciencia.

efectos psicodelicos

La extraordinaria biodiversidad mexicana posee un reservorio importante de plantas y hongos, en México contamos con una gran variedad de plantas de poder, plantas mágicas o también llamadas, plantas espirituales, que han atraido tanto a gente de la nación como a extranjeros, a científicos como Albert Hoffman o artistas como los Beatles.

Peyote

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El peyote es un cactus pequeño, sin espinas, endémico de México, cuya sustancia alucinógena se llama mezcalina, crece en el desierto en el suroeste de Texas y México, y ha sido utilizado por pueblos indígenas para propósitos espirituales durante milenios. Conocido científicamente como Lophophora williamsii, el peyote es famoso por sus propiedades alucinógenas, atribuidas principalmente a su contenido de mescalina. Los indígenas huicholes de México y los miembros de los pueblos nativos de Estados Unidos creen que el peyote es una planta sagrada que les ayuda a conversar con Dios.

Su registro más antiguo data de alrededor de 5 mil 700 años. Como ésta, otras plantas, consideradas sagradas por algunas culturas del mundo, están bajo la lupa científica debido al potencial terapéutico que han demostrado en trastornos como la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias. Se usa en ceremonias religiosas y puede provocar alucinaciones que se piensa son visiones de una realidad alternativa o del mundo espiritual.

El Peyote en las Prácticas Chamánicas de México

Probablemente la tradición más famosa y persistente en el uso chamánico del peyote proviene de la cultura Huichol. Para los Huicholes, el peyote es una manifestación de Kauyumari, el Venado Azul, un ser central en su cosmología. Anualmente, realizan peregrinaciones a Wirikuta, un lugar sagrado en el desierto de San Luis Potosí, donde recolectan el peyote. Durante estas peregrinaciones, consumen el cactus para entrar en estados alterados de conciencia, conectar con sus deidades y recibir visiones.

En el contexto chamánico, el peyote no se consume por recreación, sino como un sacramento. Los chamanes, o marakames en el caso de los Huicholes, lo utilizan como una herramienta para comunicarse con el mundo espiritual, recibir mensajes de los dioses, realizar curaciones y obtener orientación en decisiones importantes.

Desafíos modernos

El peyote se encuentra actualmente en una situación delicada. Su recolección masiva, tanto para uso tradicional como para comercio ilícito, ha llevado a la planta al borde de la extinción en algunas áreas. Además, el turismo espiritual ha provocado que muchos extranjeros viajen a regiones sagradas en busca de experiencias con peyote, a menudo sin un entendimiento adecuado de su significado cultural y espiritual.

El peyote no es simplemente un alucinógeno; es una puerta a la espiritualidad, una conexión con los ancestros y un pilar de las tradiciones chamánicas en México. A medida que la modernidad avanza, es esencial abordar los desafíos actuales para garantizar que esta planta sagrada, y las tradiciones que la rodean, sean respetadas y preservadas para las generaciones futuras.

Hongos

psilocibecubensis

El uso de estas plantas y hongos promueve la conservación de la biodiversidad en distintas regiones donde prosperan y se tienen profundos conocimientos de sus propiedades. Los hongos psilocibios, también llamados hongos alucinógenos, son hongos que contienen sustancias psicoactivas como la psilocibina, la psilocina y la baeocistina.

Fueron una de las primeras plantas sagradas usadas por la humanidad. Hallazgos arqueológicos muestran que ya en 1600 a.C. se consumía la especie Amanita muscaria en la India. Se los ha asociado al Soma y al Haoma, la droga sagrada de la inmortalidad en las culturas indo iranias, a la ambrosía de los mitos griegos, a los misterios de Eleusis, también en la antigua Grecia.

Los ejemplares del género Psilocybe se utilizaban en el nuevo mundo antes de la llegada de los españoles.​ El "hongo mágico" de México y Centroamérica posee un historial de uso humano más prolongado que el de cualquier otra planta con efectos psicoactivos. En las ceremonias y fiestas principales de los mexicas se ingerían hongos sagrados cuando se celebraba el inicio del reinado de los tlatoanis o en las fiestas de honor a deidades como Mixcoátl o Huitzilopochtli, así como en varios rituales, en los que participaban sacerdotes dedicados a diferentes deidades.

estatua en forma de hongo

Hongos Alucinógenos: Ventanas a la Conciencia Cósmica

Los hongos alucinógenos, que contienen principios activos como la psilocibina, han sido utilizados por diversas culturas a lo largo de la historia como herramientas espirituales. En el contexto chamánico, estos hongos no son simples enteógenos recreativos; son considerados seres sagrados que facilitan la conexión entre el humano y lo divino.

El uso ritual de hongos alucinógenos puede rastrearse hasta las civilizaciones antiguas de Mesoamérica. Las culturas precolombinas, como los aztecas, consumían hongos en ceremonias religiosas y curativas. Los llamaban "teonanácatl", que puede traducirse como "carne de los dioses", reflejando su estatus divino.

Los Mazatecos y María Sabina

En la región de Oaxaca, México, la tradición chamánica mazateca ha mantenido viva la práctica de consumir hongos sagrados. María Sabina, una chamana mazateca de renombre, introdujo al mundo occidental a estas ceremonias en la década de 1960. Para los mazatecos, los hongos son vehículos de comunicación con el mundo espiritual, usados en rituales de curación y adivinación. A continuación les damos una descripción sobre cómo usaba María Sabina los hongos:

  1. Ceremonias o Veladas: Las sesiones en las que María Sabina administraba los hongos eran conocidas como "veladas", que eran ceremonias nocturnas de curación y adivinación. Estas veladas eran eventos sagrados que a menudo se llevaban a cabo en completa oscuridad para facilitar las visiones.
  2. Preparación: Los hongos se consumían frescos o secos. En ocasiones, se trituraban y mezclaban con agua o chocolate para formar una bebida.
  3. Intención y Oración: Antes de consumir los hongos, María Sabina recitaba oraciones específicas para establecer la intención de la ceremonia. Ella consideraba que los hongos eran una forma de comunicarse con lo divino, para obtener sabiduría, consejo o capacidad de curación.
  4. Canto y Música: Durante la velada, María Sabina cantaba constantemente. Sus cantos, o "icaros", eran considerados herramientas esenciales para guiar la experiencia, invocar a los espíritus y facilitar la curación.
  5. Conexión con lo Divino: Para María Sabina, los hongos eran "pequeños santos" o "niñitos santos" que permitían la comunicación directa con el mundo espiritual. A través de sus visiones, se conectaba con esta dimensión para obtener consejo, encontrar soluciones a problemas o curar enfermedades.
  6. Curación: María Sabina no solo buscaba visiones o experiencias místicas. Sus ceremonias tenían un propósito claro de curación, ya sea física, emocional o espiritual. A través de las visiones inducidas por los hongos, podía diagnosticar enfermedades o malos espíritus y tratarlos adecuadamente.
  7. Respeto: Aunque los hongos eran centrales en sus prácticas, María Sabina siempre enfatizó el respeto y la reverencia hacia ellos. No los veía como una simple herramienta, sino como seres sagrados que ofrecían su ayuda.

Después de ser introducida al mundo occidental, muchos extranjeros viajaron a Huautla para experimentar las veladas de María Sabina. Sin embargo, ella misma expresó preocupación por la falta de respeto y la falta de entendimiento adecuado de su significado cultural y espiritual por parte de muchos visitantes.

A pesar de la controversia y los desafíos que enfrentó, el legado de María Sabina vive como un testimonio del poder de las tradiciones chamánicas y la relación profunda y sagrada entre los humanos y la naturaleza.

En la actualidad

El interés en los hongos alucinógenos ha resurgido en las últimas décadas, tanto en contextos chamánicos como terapéuticos. Sin embargo, esto ha planteado preocupaciones, como el turismo espiritual no regulado y el riesgo de descontextualizar y desacralizar estas prácticas ancestrales.

Los hongos alucinógenos, más allá de sus propiedades psicoactivas, tienen un profundo significado espiritual en diversas tradiciones chamánicas. Son respetados como mediadores entre el mundo terrenal y el espiritual, proporcionando visiones y sanación a aquellos que se acercan a ellos con respeto y propósito sagrado. En la era moderna, es esencial abordar su uso con sensibilidad cultural y reverencia por las tradiciones que los han venerado durante milenios.

Hongos alucinógenos en psiquiatría

En el contexto contemporáneo, estos hongos han experimentado un renacimiento en la investigación psiquiátrica, revelando potencial terapéutico en una variedad de trastornos mentales.

La psilocibina, el principal compuesto psicoactivo de ciertos hongos, fue aislada y sintetizada por primera vez por Albert Hofmann en 1958. Durante las décadas de 1950 y 1960, se llevaron a cabo investigaciones preliminares sobre sus efectos psicológicos y terapéuticos. Sin embargo, el auge contracultural y el uso recreativo de sustancias psicodélicas llevó a una prohibición estricta y a la interrupción de la investigación en muchos países.

En las últimas dos décadas, ha habido un renacimiento en la investigación psicodélica, con instituciones académicas prestigiosas estudiando la psilocibina y su impacto en la psicoterapia.

Potencial Terapéutico

  • Depresión: Se han realizado estudios que muestran que la psilocibina puede tener efectos antidepresivos duraderos, incluso después de una sola dosis.
  • Ansiedad: Particularmente en pacientes con diagnósticos de enfermedades terminales, la psilocibina ha demostrado reducir significativamente la ansiedad relacionada con la muerte.
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Se está explorando el uso de la psilocibina como herramienta en terapias para personas con TEPT, ayudando en el procesamiento del trauma.
  • Adicciones: Estudios iniciales sugieren que la psilocibina, en combinación con la terapia, puede ser útil en el tratamiento de adicciones, incluyendo alcoholismo y tabaquismo.

Si bien todavía se está investigando, se cree que la psilocibina actúa sobre los receptores de serotonina en el cerebro, promoviendo la plasticidad neuronal y facilitando patrones de pensamiento y emoción más flexibles. En el contexto terapéutico, los hongos alucinógenos pueden actuar como catalizadores, intensificando la introspección y permitiendo que los pacientes aborden y procesen traumas y emociones reprimidas.

A medida que la investigación en psiquiatría avanza, los hongos alucinógenos y sus componentes activos están demostrando ser herramientas valiosas en el tratamiento de diversos trastornos mentales. Si bien todavía hay mucho por descubrir y consideraciones éticas y clínicas a tener en cuenta, el futuro de la psilocibina en psiquiatría parece prometedor, ofreciendo nuevas esperanzas y enfoques para la sanación mental.